Ante un fallecimiento en el domicilio es clave actuar con serenidad y seguir un protocolo claro. Primero, contacte con los servicios de emergencia y autoridades competentes. Evite manipular objetos o limpiar restos; puede incrementar el riesgo biológico y dificultar la intervención. Asegure la zona, limite el acceso y ventile sin generar corrientes fuertes. Solicite un servicio profesional de limpieza post mortem que cumpla con bioseguridad, gestión de residuos y trazabilidad documental. El equipo especializado realizará evaluación, retirada controlada, desinfección hospitalaria y tratamiento de olores para restablecer la habitabilidad del espacio.